viernes, 16 de febrero de 2018

Supernova









Cuando una estrella muere
libera una cantidad enorme de energía
y durante un tiempo
su brillo aumenta de tal manera
que puedes incluso creer que ha nacido 
una nueva estrella.




Es fácil repetir aquella frase de 
cada cabeza es un mundo
hasta que conoces a alguien que de verdad lo es.

Un mundo que te da la mano
te invita a caminarlo con él
y a hacerte sonreír en cada paso.

A quien dan ganas de darle la vuelta 
y recorrerlo en ochenta días 
que no terminen nunca.

Alguien que es
lluvia
explosión
huracán
y luz
cada vez que besa.

Con quien te harías mil fotos
postales
para mirarlas
y sonreír
cada vez que lo eches de menos.

Él 
que te hace romperte
estallar
morir
y renacer
con un brillo tan enorme
que dejaría en segundo plano al sol.

Un fenómeno que ocurre muy poquitas veces
y llena de felicidad
a todos los que alcanza a tocar.

Si las personas fuesen lugares
él sería una galaxia entera
y yo una pequeña estrella
en mitad de sus constelaciones.

martes, 7 de marzo de 2017

Desde ahora


Si vienes
podríamos conquistar el mundo
detener el tiempo
y empezar desde cero.

Si vienes se terminan las guerras
y todas las estrellas fugaces
nos regalan
por una noche
un deseo
cumplido.

Las musas salen
a bailar
y a inspirar
a los poetas.

La receta para la felicidad
se vuelve simple
y cualquiera puede tenerla
al alcance de su mano
de su boca.

Una loca susurra un te quiero
en mitad de un abrazo.

Don Quijote logra enamorar a Dulcinea
y crece una nueva flor en el asfalto.

Si vienes
esta noche
y te pones frente a mí
podría con toda seguridad
gritar
que desde ahora
tengo toda la vida
(la mía)
por delante.

miércoles, 13 de enero de 2016

Rock and roll



Tú no dejas huella,
desordenas
—como huracán—
cada lugar por el que pasas
plantas bandera
y haces magia
cuando decides quedarte.

Eres un concierto de Sabina
privado
recitado al oído
y según tú algo desafinado
con notas que terminan
en besos
de esos con sal
de los que habla Joaquín.

Perdóname por favor
si peco de contradictoria
pero había olvidado mencionarte
que escuchar tu voz
es encontrar paz
hasta en el mismísimo infierno
y qué suerte la mía
de poder despertar
cerca del cielo
de tu boca. 

Es mirarte 
y escuchar al corazón 
cantar un rock and roll 
que lleve por título tu nombre. 

Es invocar 
a los dioses del olimpo 
a que vengan a bailar 
con las mariposas de mi estómago. 

Es ver a la habitación 
llenarse de fuegos artificiales 
que te celebran a ti. 

Aunque tú no lo sepas 
el mundo 
(por no decir el mío) 
se detiene cada vez que ríes 
y gira a toda prisa 
cuando me tomas de la mano 
y me sacas a bailar 
en mitad de la noche 
en cualquier lugar 
donde te dé por tararear 
tu canción preferida. 

Ya sé que lo repito demasiado 
pero 
desde que tú 
la magia ya no tiene trucos 
la poesía la llevas 
en la comisura de los labios 
y la felicidad ya no parece 
—no es— 
tan inalcanzable.